Suspenden la obra del parque en altura de la Villa 31
El proyecto del parque lineal en altura en la Villa 31, que fue anunciado hace tres años y medio, está suspendido hasta por lo menos fin de año.
Los pilotes y cabezales de hormigón que ya fueron construidos detrás de la última línea de casas de la villa podrían convertirse en el nuevo Elefante Blanco porteño y se sumarían al resto de los pilotes instalados dentro de la villa. Tampoco habrá un espacio verde que reemplace el asfalto, con escaleras para facilitar el acceso de los habitantes de la villa, o senderos para integrar al barrio con el resto de la ciudad.
Esto fue confirmado por distintas áreas diferentes del Gobierno de la Ciudad que tuvieron participación en el desarrollo de la obra. La licitación fue suspendida hasta fin de año para, después de esa fecha, analizar cómo seguir.
La estructura que ya fue colocada y que podría quedar abandonada consta de 98 pilotes de hormigón, 24 cabezales, 24 pilas y 24 capiteles construidos en una zona donde vivían familias en el barrio Cristo Obrero. Todas ellas fueron relocalizadas en el nuevo complejo de viviendas de La Containera.
La obra está a cargo de la unión transitoria de empresas (UTE) conformada por las empresas Rovella Carranza, Supercemento y Panedile, con un contrato inicial de $ 1700 millones, el financiamiento otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la gestión de Autopistas Urbanas (AUSA). Cuando se detuvo, la obra tenía un grado de avance del 30%. No hay una certeza de cuánto dinero se invirtió hasta el momento.
Cuando se anunció el proyecto, en agosto de 2016, decía que siete nuevos carriles correrían en dos niveles por detrás de la Villa 31 y en paralelo a la avenida Del Libertador hasta llegar a la 9 de Julio. Sobre la vieja traza se instalaría un espacio verde en altura. Pero la reformulación en estudio implicaba la construcción de la mitad de los carriles para trasladar allí un solo sentido de circulación y mantener el otro sentido sobre la actual estructura. El parque, entonces, se iba a reducir a la mitad.
Ese plan incluía la colocación de semáforos, sendas peatonales y mayores controles de velocidad máxima para convertir esos dos kilómetros en una avenida, como una extensión de la 9 de Julio.
Fuente: Nueva Ciudad