Sociedad

Justicia por Koki.

Jorge Luis Zarate Markoviak, tiene 20 años, vino de Paraguay, cuando era chico, y el miércoles 20 a las 6 AM lo despertó a él y a su familia, los ruidos del allanamiento, Koki, como todos sus amigos lo llaman, vive en el primer piso, de una de las viviendas nuevas de la villa 31, mal llamada La Containera.

“El allanamiento, duró alrededor de dos horas, ni bien terminó, los policías, agarraron a un vecino al pasar, para que firme como supuesto testigo”, nos cuenta la mamá, Mónica Zarate.

A Koki se lo llevan, los policías no dicen donde, la familia llora y se desespera, luego dicen “en la comisaria numero tal”, y se van.

Al principio, nadie sabía porque se lo habían llevado, Koki es muy conocido, trabaja en la cooperativa, que junta la basura en el barrio, y todos los días se toma el colectivito que lo deja en retiro, para poder ir al colegio, él va a La Banderita, y es un alumno muy querido.
Cuando familiares y amigos, se enteraron de que lo acusaban, no sabían si reír o llorar, las causan, eran dos: Homicidio e Intento de Homicidio, todos en el barrio saben quién fue, pero nadie quiere hablar, por miedo.
La familia empezó a hacer “el camino de Koki, de esos días”, con fotos, mensajes y capturas de pantalla, pueden confirmar donde estaba Koki, y poder corroborar, que no estaba haciendo esas cosas tan terribles de las cuales se le acusa.
La familia detalla una serie de irregularidades en todo momento:
-Cuando Koki, le allanan la casa, no había testigos. (Eso es común en el barrio), los testigos se consiguen después.
-Esa mañana nadie sabía la “causa”.
-Le hicieron dos ruedas de reconocimiento, la primera sin abogado.
-Desde el miércoles que se lo llevaron, nunca más pudieron hablar con él.
-Lo trasladaron al penal de Marcos Paz en menos de 72 horas.

Mónica, la mamá de Koki, se entera del traslado, tras recibir un llamado desde el penal, donde le decían que Koki, ya estaba allí, que seguía incomunicado, que no se preocupen por él, que lo iban a cuidar, pero primero necesitaban, que les llegue unas zapatillas, y cigarros, como para empezar.
En medio de todo este caos, la familia vino y fue, fue y vino, y nunca pudieron encontrarlo, ahora en el barrio se están juntando firmas, de vecinos, familiares y amigos, los compañeros y el colegio también están a disposición, y todos juntos estamos pidiendo justicia por Koki.

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