46 años del golpe de estado
Hace 46 años atrás en nuestro país las fuerzas militares volvían a levantarse contra la democracia y derrocaban al gobierno de Isabel Perón.
Esta implantación de dictaduras cívico-militares en nuestro continente, impulsadas y financiadas por los pacifistas menos pensados de los E.E.U.U., no era una novedad, sino mas bien en algunos casos era una “segunda ola” de aquellos que por los años 60 ya habían establecido que algunos continuaban su curso tranquilamente como el caso de Paraguay y Brasil. Comenzaron por Bolivia en 1971 y Chile y Uruguay desde 1973, solo por nombrar a nuestros hermanos más cercanos. En 1976 fue el turno de Argentina y las características fueron similares a los demás países, ya que la Escuela de las Américas era rigurosa en su material ideológico y su implementación.
Se establece en nuestro país el régimen más sanguinario y cruel de nuestra historia reciente. Para llevar adelante su tarea se abrieron 340 centros clandestinos de detención, desde donde se dirigieron los secuestros, y se usaron para la tortura y la desaparición a 30.000 personas (el número es simbólico, dado que nunca, al día de hoy los asesinos han confesado dónde están los cuerpos). Violaron y torturaron de manera sistemática. Hicieron fosas comunes y arrojaron desde aviones a mujeres y hombres al mar o al Río de la Plata todavía vivos.
Alrededor de 500 personas nacieron en cautiverio durante la dictadura militar y hoy 46 años después, por el trabajo incansable de Madres, Abuelas y familiares 130 fueron recuperados y seguimos buscando.
Se robaron, además, las propiedades, empresas, autos y otros bienes y activos antes de asesinar y desaparecer a las personas.
En términos políticos la dictadura disolvió el Congreso, prohibió los sindicatos y la actividad de los partidos.
Es importante destacar, ya que son datos que se silencian, que el 30% de los desaparecidos eran obreros y el 21% estudiantes, es decir que mas del 50% se encontraban en estos dos grupos, provenientes de las clases populares de nuestro país, lo cual señala que además fue una dictadura clasista.
Los datos económicos demuestran que otro de los grandes objetivos fue imponer un plan económico que nos volviera una nación neocolonial, dependiente y atada a una deuda impagable (cualquier parecido con las políticas del Macrismo no es pura coincidencia). Estos números aunque de por sí son significativos, puestos en contexto, es decir, que fue hace 46 atrás son de una dimensión catastrófica para nuestro país y algunas de sus consecuencias se pagan aún. Desde que se inició la dictadura se cerraron más de 20.000 fábricas, la deuda externa se multiplicó por 6, la inflación acumulada fue de 517.000%, la pobreza pasó del del 4,4% en 1975 al 37,4% en 1983. Y algo que aún esperamos que sea revisado, por lo cuál haya condenas y expropiaciones, se estatizó la deuda privada de más de 70 grandes Empresas. Solo por mencionar las más grande el Grupo Macri (infaltables), Techint, Fiat, Ford, City Bank, IBM, Banco Francés, etc. La mitad de la de deuda que generó la dictadura tiene que ver con este paso de la deuda de las empresas a que sea deuda de todos nosotros. Como Vicentin pero menos refinado, digamos para que sea bien clarito.
Recordemos que, así como defendieron y financiaron cada dictadura en nuestra Patria Grande, la dictadura argentina no fue la excepción y el primer Estado en reconocer a Videla como Presidente fue E.E.U.U.
Ha pasado mucho tiempo, pero tenemos el deber de la memoria, para que NUNCA MAS en nuestro suelo se permita semejante atrocidad y para que en algún momento también se condene a los civiles que apoyaron a la dictadura, la propiciaron y se beneficiaron de ella y no se vote NUNCA MAS a sus hijos tampoco.