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“Vamos a bajar los fierros, hay que buscar otra salida”

 

Con una de las frases icónicas de Gustavo Benítez, “el Paragua”, quien supo frenar la guerra de bandas más grande de la historia de la villa 21 en los 90, celebramos la edición del libro “Un ángel de barracas” (Editorial Las Masas y las Lanzas). Escrito por Pablo Sartirana, quien nos guiará a través de su escritura por los pasillos de la 21 para entender al antihéroe que transformó la historia de su barrio.

Por Joaquín Ramos

 

Esta es una historia real. De eso, no tenemos dudas. Gustavo Benítez es el hombre que, a costa de sufrir varios balazos, logró frenar una guerra que se llevó a más de 60 jóvenes asesinados en tan solo un año por conflictos entre bandas en la Villa 21 de Barracas. Y no sólo eso, “el ángel” también logró convertir la “escoria de la sociedad” en “urbanizadores” de su barrio. Así fue que, junto a los delincuentes más peligrosos del barrio, formó la primera cooperativa del barrio, pavimentando la primera calle solo con aportes de los vecinos de quienes a fuerza de trabajo se ganó su confianza. Este personaje tan cinematográfico, esta descripto a través de múltiples miradas, caminatas por el barrio y recuerdos nostálgicos de distintos amigos y vecinos que fueron parte de esta historia tan cruenta. Las imágenes y relatos que nos brinda el autor están exentas de vicios y lugares comunes que vemos a menudo en periodistas y artistas que se sorprenden ante el primer pasillo en una villa. El trabajo periodístico y literario tiene un perfecto equilibrio. El conocimiento sobre el barrio y su historia hacen que la narrativa fluya con naturalidad, así como los colores de la villa y la cotidianeidad. Aparecen retratadas también la delincuencia y la marginalidad, la topografía de la villa con más hacinamiento y que queda a tan solo a 30 cuadras del Congreso Nacional. Una Ciudad injusta, una sociedad que estigmatiza a los pibes que muchas veces no pueden ver otra salida. Gustavo, cómo un ángel en el infierno, logra que los jóvenes que muchos darían por perdidos, piensen en su realidad, en el barrio, que vean la injusticia social y empiecen a recorrer un camino diferente que los lleva a realizar acciones concretas para su comunidad, para mejorar sus vidas y tomar conciencia de lo colectivo.

El trabajo de Gustavo Benítez comenzó en la Cooperativa, siguió con la ONG Vientos Limpios del Sur y hoy también se ve reflejado en dos organismos de gobierno, el Centro de Formación Profesional y en la Casa de la Cultura de la Villa 21, que son emblemas de la integración social y cultural dentro de un barrio popular.“Un ángel de Barracas”, no es solo la historia de Gustavo Benítez, de una guerra entre bandas en un barrio marginal, es la historia de la lucha de muchos jóvenes que logran romper el estigma que les impone la sociedad, que los obliga a no ver otra salida, y que vemos realmente que, con una verdadera mano amiga que se brinde, pueden transformar su realidad y la de su barrio. Como decimos hace tiempo en Mundo Villa: Sobra talento, faltan oportunidades.

Gustavo Benitez
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