Comenzaron obras de agua potable en villa 21-24

 

En la Ciudad de Buenos Aires, familias organizadas de la Villa 21 24 lograron que comenzaran las obras para poder acceder al agua potable.

Después de años sin avances y una lucha colectiva de vecinos y organizaciones del barrio que no dejaron de empujar, la empresa Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) comenzó las obras de abastecimiento de agua, cloacas y pluviales en la zona del barrio porteño de Barracas.

La infraestructura perimetral, junto con el tendido de la red interna está a cargo del Instituto de Vivienda de la Ciudad y es fundamental para dar alivio a miles de familias que no tienen acceso a este derecho básico.

“La obra va avanzando, si bien no cumple todos los parámetros que consensuamos en la mesa técnica hace tres años”, confesó a FM Riachuelo Dagna Aiva, vecina e integrante de la CTA de la Villa 21-24 de Barracas.

“Si no se hace como corresponde va a pasar exactamente igual que años anteriores. Esta es la tercer obra, en el mismo lugar y que termina inconclusa siempre. Esperemos que ahora con el avance en conjunto se pueda realizar y realmente sirva para los vecinos, que no sea solamente para sacar fotos ahora que hay elecciones”, resaltó.

Por otro lado, Aiva insistió con la importancia de esta obra porque “las reparticiones del agua que hacen los camiones con las mangueras también son bastante antihiénicos y no dan a basto”.

“Hay un solo camión que viene dos o tres veces al día y son demasiadas casas que hay que llenar los tanques. A veces quedan sin agua dos o tres días, hasta una semana algunos vecinos”, agregó.

A pesar de las dificultades que se presentaron, el barrio se mantiene organizado y dispuesto a insistir para que la obra concluya. “Más allá de las diferencias que podamos llegar a tener algunas organizaciones y partidos políticos, nos sentamos y decidimos hacerle frente a esto. No podes no tener agua. Hay muchas personas que salen todos los días a las 4 o 5 de la mañana para trabajar y que no te puedas ni lavar la cara para cumplir sus tareas es muy difícil”.

“Pareciera que nos les importa la vida del otro a estas personas, pareciera que no tienen un poquito de sensibilidad humana, empatía”, finalizó.