Sociedad

El rapero punk que producía beats en la Villa 31

Con temas como "Superglue" y "Casipegado", busca encabezar una nueva ola de trap argentino. Recientemente pasó por las 'Music Sessions' de Bizarrap.

Hay un momento de quiebre en la vida musical de Dillom, una de las caras de la nueva ola de trap argentino. De adolescente se vio conquistado por la mugre y la furia del punk y el hardcore, al punto que tocó el bajo en algunas bandas del palo. Sin embargo, entre los 15 y los 16 años se hizo habitué de un estudio de grabación dentro de la Villa 31 en el barrio porteño de Retiro. Ahí empezó a descubrir el verdadero sonido de los excluídos del sistema y se conectó con el mundo de la música urbana, el hip hop y el boom bap. Así se convirtió en en el beatmaker de una crew de raperos de la villa.

Con ese trasfondo, a finales de 2017 se abrió camino a producir sus propias canciones. La primera cosecha apareció un año después cuando lanzó su primer single “Dripping”, que en menos de un mes alcanzó las 50.000 reproducciones en YouTube, un número por demás sorprendente para un artista completamente nuevo. En febrero de 2019 estrenó junto a Ill Quentín “Superglue”, y la racha se mantuvo intacta, con más de un millón de reproducciones en la plataforma de videos.

El diferencial de Dillom dentro de la escena trapera argentina está en sus rimas filosas con alma de calle. Con la impronta peligrosa de Eminem y Young Beef, en sus canciones no hay impostura o aspiración. Lo que hay es la mirada y el relato de alguien que patea los pasillos de la villa y vive al borde. “Puta, somos de la calle / Pippin como el Pity / puta, tengo mi Versace / Los pibes fuman cable / ya no juegan al ring raje / Tomé 20 pastillas, puede ser que me desmaye”, dispara con un flow fiero en “Keloké”, su single lanzado en noviembre de 2018 con la colaboración de Peco.

Su más reciente canción es “Casipegado”, junto a Muerejoven, que en apenas una semana llegó a 450.000 reproducciones, y actualmente supera el millón. En el video se los puede ver rapeando entre pistolas de agua, té y tapados de piel, rozando una estética kitsch que lo conecta con el rapero español Bejo.

“Fuck tu discográfica / no quiero que me fichen”, lanza en “Superglue” en un feat junto a Ill Quentín, remarcando que sus ambiciones están en otro lado. Ambos artistas son parte de la crew TBB, que también incluye al rapero Broke, quienes se perfilan como un nuevo norte en la brújula del flamante trap argentino.

Recientemente se sumó a la sessions del productor Bizarrap, donde el rapero vuelve a escupir los más oscuro de sus pensamientos con frases como “Jugando a la ouija en la tumba de tu madre”.

Fuente: Billboard.com

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