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A 23 años del asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillan presentes en las luchas de hoy

Por Mercedes Acosta, corresponsal del Barrio Ejercito de los Andes (Fuerte Apache) ///

Darío Kosteki y Maximiliano Santillán fueron dos militantes sociales asesinados durante una protesta el 26 junio de 2002, bajo un gobierno democrático.

Darío tenía tan solo 25 años. Trabajaba en una fábrica recuperada y era un militante activo en movimientos sociales. Se dedicaba conscientemente a la lucha política, y era un defensor de los derechos de los trabajadores y los sectores más vulnerables de nuestra sociedad.

Maxi tenía un año más, pero era también muy joven, 26 años. Trabajaba en un taller de costura y era parte de movimientos sociales. Al igual que Darío era un defensor de los trabajadores y luchaba por un país más justo y equitativo.

 Elvira, la madre de Darío, contó en una de sus entrevistas que a él le gustaba sacarse muchas fotos, algo que en ese tiempo no era tan común como ahora. Dijo que tiene más fotos de él, que de toda su familia junta. “Como si supiera que iba a tener que recurrir a esas fotos para no caerme.”

Su legado sigue siendo recordado y honrado en la lucha por la justicia y la dignidad en Argentina.

Y como yo no estoy dispuesta a olvidar hoy estoy acá en el puente Pueyrredón.

La sangre derramada de mis compañeros por un gobierno peronista no fue en vano y no la vamos a olvidar.

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Poema encontrado en una vieja agenda

Ahí va la bala asesina de sueños,

Sale de la boca de un sicario azul,

Un político empeña al sicario y juega ajedrez con la muerte.

Ese político oscuro que crece en la sombra de los grupos

económicos poderosos.

Maldito el capital que siembra el miedo y la muerte,

Ahí va la sonrisa de Darío, asomando a la mañana de Avellaneda

La bala asesina de sueños es para su corazón que siente y lucha.

Que vivan los que no viven de rodilla y despliegan su vida,

Aunque soplen inclementes vientos de injusticia.

Que vivan los compañeros que se convierten en banderas,

En mitos, en compromiso. Que viva por siempre la vida.

En el corazón del Pueblo cuiden aquellas vidas que la

Demuestre de los sembradores de odio arrebata en su vano

Intento por detener el futuro.

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