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Los primeros egresados en el Barrio Mugica el logro de un trabajo colectivo

Por Claudia Ahmad, regente del Centro de Formación Profesional Nº 38

Queridos egresados:

La primera imagen que se me presentó cuando empecé a escribir para este día fue la de algún lugar con mucha vegetación, en el que había que desmalezar para hacer camino. En junio de 2021 fue el inicio de esa picada, de ese sendero. El entusiasmo y el desafío de lo nuevo tienen eso: todo está por hacerse. Todo era virgen, pero implicaba imaginación, creatividad, profesionalismo y cierta audacia.

Ese camino que uno hace por primera vez deja marcas, mojones, para que otros después también se orienten. Y cuando hablo de “otros”, me refiero a los estudiantes que están por venir, a docentes, auxiliares, personal de maestranza y limpieza, y también al equipo de conducción. Todos y todas.

Probablemente esa primera etapa implicó más esfuerzo e incertidumbre, pero no me cabe duda de que hoy tenemos aquí presentes a dos de los hacedores, constructores y protagonistas fundacionales.
 ¡Qué orgullo haber llegado hasta acá con ustedes!
 Un final, sí… pero con el corazón ensanchado por haber sido los primeros, parte del primer capítulo de la biografía educativa del Bachi Padre Carlos Mugica.

Ustedes fueron, son y serán necesarios para seguir caminando. Para mirar en retrospectiva y no perder la memoria. Para valorar este presente y para pensar el futuro de la escuela.
 Van a seguir viniendo, ¿no?

Para quienes nos acompañan hoy en esta fiesta, quiero compartirles algunos de mis pensamientos.

Pensar en Sofi
 

Es buscar su cara cada día, cruzar algunas miradas. En estos años fuiste el termómetro de nuestro andar, esa marca que uno busca para sentirse seguro y revisar por dónde va. Un encuentro en la preceptoría o en algún pasillo permitía encontrar siempre el sentido de esta tarea.

Con mucha decisión y sin titubeos, caminaste sin tener otros referentes por delante. No tuviste a nadie a quien preguntarle: «¿Qué onda este o esta profe?». Con una madurez sólida avanzaste con tu propósito de terminar la secundaria y te convertiste, junto con Danilo, en referente para los chicos y chicas nuevos que ingresaban a la escuela del fondo.

Tu caminar decidido, que nada ni nadie puede frenar, es necesario para cualquier cosa que quieras emprender.
 (No lograste que mi pelo esté mejor, pero puedo establecer este desafío de por vida para mantenerte cerca de nosotros).

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Pensar en Danilo
 Es replicar una pregunta y una respuesta cotidiana:

—Hola Dani.
 —Hola Clau.
 —¿Cómo estás?
 —Bien, bien.

¡Cuánto dice y cuánto no dice ese “bien, bien”, no?
 No siempre lo supe, pero su sonido generaba cierta calma para seguir andando. Estabas ahí, viniendo, y eso ya era un montón. ¡Cuánta voluntad!

La 31, Barracas, Quilmes, Congreso, Chacabuco… la carnicería, el kiosco, seguridad, la heladería… Seguro que algo me falta, pero esas palabras están cargadas de contenido: de esfuerzo, de perseverancia, de voluntad.
 ¡Cuánto de eso falta en estos tiempos! Y qué necesario es.

La síntesis son esas palabras que dijiste a los chicos y chicas en el fogón del campamento:
 “Si yo pude, ustedes también.”

Nos lo confirmas y te confirmamos: valió la pena.
 Con esas cinco palabras, me animo a decir que podes conquistar montañas, andar por los valles y navegar océanos.

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Siempre me van a quedar cosas por decirles.
 No alcanza este momento para todos los deseos que tenemos para ustedes. Son palabras infinitas para aquellas personas que uno quiere. A veces uno las encuentra dichas por otro. En mi caso, las encontré en Hamlet Lima Quintana, y el poeta lo dice así:

GENTE NECESARIA – Hamlet Lima Quintana

Hay gente que con solo decir una palabra
 enciende la ilusión y los rosales,
 que con solo sonreír entre los ojos
 nos invita a viajar por otras zonas,
 nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con solo dar la mano
 rompe la soledad, pone la mesa,
 sirve el puchero, coloca las guirnaldas.
 Que con solo empuñar una guitarra
 hace una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con solo abrir la boca
 llega hasta todos los límites del alma,
 alimenta una flor, inventa sueños,
 hace cantar el vino en las tinajas
 y se queda después, como si nada.

Y uno se va de novio con la vida,
 desterrando una muerte solitaria,
 pues sabe que a la vuelta de la esquina,
 hay gente que es así, tan necesaria.

Gracias, Sofi y Danilo, por ser gente necesaria.

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