Teodora, de 59 años falleció en el Hospital Fernandez y era cocinera del merendero Juana Azurduy donde asistía diariamente a niñas y niños del barrio.
Las mujeres como Teodora son mayoría en los movimientos sociales y comunitarios. Son aquellas que coordinan y que cocinan en comedores y ollas populares y ponen el cuerpo en la primera línea de fuego en el marco de la dura y trágica pandemia que Argentina y el mundo atraviesan.
Todas los trabajadores comunitarios necesitan que el gobierno porteño cumpla con la ley recientemente sancionada y vacune, en forma rápida y efectiva, a quienes todos los días exponen su propia salud y la de su hogar, en favor de sostener y cuidar a los sectores más vulnerables de la comunidad.